Glosario

Cultura. Conjunto de producciones que lleva a cabo el hombre para vivir ordenadamente, de acuerdo a formas y principios. La cultura es concebida aquí como una función de la vida, de ahí que deba estar supeditada la producción cultural a la necesidad vital: cuando ciertas funciones vitales trascienden de la propia inmanencia biológica, se objetivan y se convierten en cultura, organizándose conforme a principios que ya no son «vitales» sino culturales o espirituales.

Intuición. Método que se debe utilizar en las investigaciones filosóficas. Ortega considera que el conocimiento humano descansa en principios muy básicos que se alcanzan mediante actos simples de conocimiento a los que llama intuiciones. Los ejemplos más sencillos de intuición están en el nivel de la percepción (intuición sensible). Pero hay otros tipos de realidades que pueden ser objeto de una certeza intuitiva. Ortega señala los límites del positivismo, heredero del empirismo: reducir la certeza a lo empírico es estrechar demasiado nuestro campo de conocimiento. Frente al positivismo clásico reivindica un "positivismo radical", que considera que es posible la intuición o conocimiento inmediato de la verdad en otros ámbitos, como el de las objetividades matemáticas, o del mundo de los valores y otros grandes temas de la filosofía. Existe lo que podríamos llamar "intuición filosófica": intuición porque es un acto de conocimiento privilegiado, la presencia inmediata de la verdad, y filosófica porque la objetividad que en este acto se muestra es un sentido filosófico. Aquí notamos la influencia de Descartes, pero más aún de Husserl.

Pantonomía. Mientras que cada ciencia particular se interesan por una parcela de la realidad; la filosofía se interesa por el todo, por el universo en general en tanto que la suma de "todo cuanto hay", por la totalidad de lo real, por todas las cosas, tanto las existentes como las meramente pensadas, imaginadas o deseadas. Aunque la ética, la estética, la teoría del conocimiento, la antropología, y otras disciplinas filosóficas o ramas de la filosofía acotan una parte de la realidad, en cada una de estas investigaciones 'particulares', el filósofo hace una valoración de la región del ser que le interesa (lo moral, lo bello, la verdad, el ser humano) y las estudia en relación con el conjunto de la realidad, con la totalidad.

Perspectiva. Término que tiene en el texto un doble uso: por un lado, el gnoseológico, que significa «punto de vista» sobre lo real, sector del mundo -sea sensible o intelectual- a que accede un sujeto. Por otro, el ontológico, según el cual lo real se organiza en perspectivas: «la perspectiva es uno de los componentes de la realidad», lo que significa que el yo es un componente de la perspectiva y el paisaje el otro, sin que tenga prioridad uno sobre otro.

Verdad. En El tema de nuestro tiempo, Ortega maneja un concepto de verdad tradicional, como verdad-adecuación, en el sentido aristotélico es verdad lo que resulta transparente para el sujeto, aquello a lo que accede por intuición directa o por construcción racional.

Vida. Concepto central que articula toda la filosofía de Ortega, a través de sus distintas fases. Lo que llamamos realidad, «lo que hay», es la vida. En El tema de nuestro tiempo, vida es el fenómeno primario de la historia y de la cultura y es entendida como vida psicológica, aunque muy cerca y en continuidad con la vida biológica. La vida es la "realidad radical", la esencia última de todo lo que existe. La vida es el principio fundamental que anima todo lo que es, y se manifiesta en la capacidad de los seres vivos para adaptarse y transformarse en respuesta a su entorno. Ortega sostiene que la vida no es algo que se pueda reducir a una serie de procesos bioquímicos o físicos, sino que es una realidad más amplia y compleja que incluye la conciencia, la libertad y la creatividad. En sus Meditaciones del Quijote explora la idea de que la vida es una aventura que cada uno debe vivir de manera única y auténtica, y que esto implica asumir riesgos y enfrentar desafíos. Para él, la vida no tiene un sentido preestablecido o una finalidad determinada, sino que es un proceso continuo de exploración y descubrimiento.

Racionalidad comunicativa. Propuesta filosófica y sociológica desarrollada por Jürgen Habermas en su obra Teoría de la Acción Comunicativa (1981). Esta teoría se basa en la idea de que la comunicación es una forma fundamental de interacción social y que la racionalidad de la comunicación es el medio por el cual los individuos pueden lograr la comprensión mutua y la cooperación en la acción social. La racionalidad comunicativa se refiere a la capacidad de los individuos para comprenderse mutuamente a través de un proceso dialógico (de diálogo), basado en la discusión abierta, la argumentación y el intercambio de opiniones. La comunicación se considera racional cuando los participantes están dispuestos a cuestionar sus propias creencias y a considerar los argumentos de los demás sin prejuicios ni dogmatismo. La racionalidad comunicativa es un concepto clave para la teoría de la acción comunicativa de Habermas, ya que sostiene que la cooperación social y la acción coordinada se basan en la comprensión mutua y el entendimiento compartido. La racionalidad comunicativa es también una forma de crítica social, ya que permite a los individuos cuestionar y evaluar las normas y valores que rigen la acción social.

Situación ideal de habla. Es un concepto de la teoría de la acción comunicativa de Habermas. Es una situación hipotética en la que los participantes en una comunicación tienen acceso a toda la información relevante, no hay coacción o dominación en la interacción, y los participantes están dispuestos a cuestionar sus propias creencias y considerar los argumentos de los demás sin prejuicios. En una situación ideal de habla, se espera que los participantes estén motivados para alcanzar un consenso racional sobre la verdad y la validez de las afirmaciones en discusión. La comunicación se lleva a cabo en igualdad de condiciones, sin que una parte tenga más poder que la otra, y todos los participantes tienen la oportunidad de expresarse libremente y ser escuchados. La situación ideal de habla es un ideal normativo que sirve como modelo para evaluar la calidad de la comunicación en la vida real. Aunque es difícil de alcanzar completamente, se espera que los participantes en la comunicación se acerquen a ella tanto como sea posible para lograr una comunicación más justa, equitativa y democrática.