Comentarios de texto

En esta sección se irán incluyendo los distintos modelos de comentarios de texto, entre los que estarán los textos que trabajemos en clase. La versión completa del texto de puede consultarse en este enlace.

Texto 1

«La segunda es la que se deduce de la causa eficiente. Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última y la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios.» [Suma teológica, I q.2.]

En este texto Tomás de Aquino trata del problema de Dios

Texto 2

«Por consiguiente, digo: La proposición Dios existe, en cuanto tal, es evidente por sí misma, ya que en Dios sujeto y predicado son lo mismo, pues Dios es su mismo ser, como veremos (q.3 a.4). Pero, puesto que no sabemos en qué consiste Dios, para nosotros no es evidente, sino que necesitamos demostrarlo a través de aquello que es más evi­dente para nosotros y menos por su naturaleza, esto es, por los efectos.» | En este texto, su autor reflexiona sobre el problema del tipo de evidencia que corresponde a la existencia de Dios.

Texto 3

«La quinta vía se toma del gobierno del mundo. Vemos, en efecto, que cosas que carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene; por donde se comprende que no van a su fin obrando al acaso, sino intencionadamente. Ahora bien, lo que carece de conocimiento no tiende a un fin si no lo dirige alguien que entienda y conozca, a la manera como el arquero dirige la flecha. Luego existe un ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a su fin, y a éste llamamos Dios.»

Texto 4

«Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y esta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios» [Suma teológica].

Texto 5

“Hay dos clases de demostraciones. Una, denominada propter quid, que parte de la causa y que discurre de lo absolutamente primero a lo posterior. Otra, llamada demostración quia, que parte del efecto y que discurre de aquello que es únicamente primero para nosotros, pues cuando un efecto es para nosotros más claro que su causa, por el efecto llegamos al conocimiento de la causa.” | Summa theologica | q.2 a.1-3

Texto 6

«La proposición Dios existe, en cuanto tal, es evidente por sí misma, ya que en Dios, sujeto y predicado son lo mismo, pues Dios es su mismo ser, como veremos (q.3 a.4). Pero, puesto que no sabemos en qué consiste Dios, para nosotros no es evidente, sino que necesitamos demostrarlo a través de aquello que es más evidente para nosotros y menos por su naturaleza, esto es, por los efectos.» | Summa theologica | q.2 a.1-3

Texto 7

Conocer de un modo general y no sin confusión que Dios existe, está impreso en nuestra naturaleza en el sentido de que Dios es la felicidad del hombre; puesto que el hombre por naturaleza quiere ser feliz, por naturaleza conoce lo que por naturaleza desea. Pero a esto no se le puede llamar exactamente conocer que Dios existe; como, por ejemplo, saber que alguien viene no es saber que Pedro viene aunque sea Pedro el que viene. De hecho, muchos piensan que el bien perfecto del hombre, que es la bienaventuranza, consiste en la riqueza; otros, lo colocan en el placer; otros, en cualquier otra cosa.

Texto 8

“RESPUESTA. Una proposición puede ser evidente de dos maneras: en sí misma, pero no para nosotros, o en sí misma y para nosotros... Por consiguiente, afirmo que la proposición «Dios existe» es evidente en sí misma, porque en ella el predicado se identifica con el sujeto, pues, como más adelante mostraremos, Dios es su misma existencia. Pero no es evidente para nosotros, puesto que no conocemos la naturaleza de Dios, que, por el contrario, es preciso demostrar por medio de lo que nos es más conocido, aunque por su naturaleza sea menos evidente, a saber, por sus efectos.” [Suma Teológica, Primera parte, Cuestión segunda, Artículo 1.]

  1. Sitúe el texto en su contexto histórico-filosófico, identifique el problema a que responde y su temática, y exponga la o las tesis que sustenta y los argumentos que emplea.
  2. Analice y explique el significado de los términos o expresions subrayados en el texto, y muestre su sentido.
  3. Platón: ética y política: la organización ideal de la República.
  4. Exponga las relaciones de semejanza o diferencia de Tomás de Aquino con otro autor o autores, corriente o corrientes filosóficas.

[Del texto 5] ...Así, partiendo de un efecto cualquiera, puede demostrarse la existencia de su causa (siempre que conozcamos mejor el efecto), porque, dependiendo el efecto de la causa, si el efecto existe, es necesario que la causa le preceda en la existencia. Por tanto, aunque la existencia de Dios no sea evidente para nosotros, es, sin embargo, demostrable por los efectos que nos son conocidos […] En cuanto a la segunda [dificultad], he de decir que, cuando se demuestra la causa por el efecto, es necesario usar el efecto en lugar de la definición de la causa para demostrar la existencia de ésta, especialmente cuando se trata de Dios; porque para probar la existencia de una cosa, es necesario tomar como medio lo que significa su nombre y no lo que es, ya que antes de preguntar qué es una cosa, primero hay que investigar si existe

Exponer las ideas fundamentales del texto y las relaciones existentes entre ellas.

La Suma Teológica está dividida en tres partes. En su estructura argumentativa sigue el método común en la Edad Media consistente en dividir la exposición en artículos. En, cada uno de ellos se aportan argumentos diversos, unos a favor y otros en contra, rela­cionados con el tema que da título al artículo. En el presente artículo se plantea si Dios es o no evidente por sí mismo.

Tomás de Aquino distingue entre diversos tipos de evidencia. Una proposición puede ser: () a) evidente en sí misma, pero no para nosotros. b) evidente en sí misma y también para nosotros. Una proposición es evidente en sí misma si el predicado está contenido en el sujeto. (Pos­teriormente, Kant definirá de forma análoga los juicios analíticos). Si nosotros conocemos el contenido del sujeto y del predicado de una proposición en la que el predicado está incluido en el sujeto, está será evidente en sí misma y también para nosotros, puesto que captamos esa evidencia. Pero si nosotros no conocemos el contenido de uno de esos términos, o de los dos, entonces la proposición seguirá siendo evidente en sí misma, pero no para nosotros. En el texto se afirma que la proposición "Dios existe" es evidente en sí misma, ya que en la misma esencia de Dios está incluida su existencia. Sin embargo, no es evidente para nos­otros, pues el hombre, como ser finito que es, no conoce el auténtico contenido de la esen­cia de Dios. Si para nosotros la existencia de Dios no es evidente, tendremos que intentar demostrarla partiendo de cosas que nos resulten conocidas.

•   La proposición “Dios existe” es evidente en sí misma porque el predicado se identifica con el sujeto porque en Dios su esencia consiste en su existencia o ser (“la proposición “Dios existe”, es en sí misma evidente, porque en ella el predicado se identifica con el sujeto”).
•   La proposición “Dios existe” no es evidente para nosotros, aunque lo sea en sí misma, porque desconocemos la naturaleza del sujeto de la proposición, es decir, de Dios (“con respecto a nosotros, que desconocemos la naturaleza divina, no es evidente”).
•   La proposición “Dios existe” debe ser demostrada por algo más conocido para nosotros que la naturaleza divina, es decir, por sus efectos (“necesita ser demostrada por medio de cosas más conocidas de nosotros, (…) es decir, por sus efectos”).