Comentarios de texto

En esta sección se irán incluyendo los distintos modelos de comentarios de texto, entre los que estarán los textos que trabajemos en clase. La versión completa del texto de puede consultarse en este enlace.

1| EvAU Jun 2017

«Los hombres solo son buenos de una manera, malos de muchas. Es, por tanto, la virtud un modo de ser selectivo, siendo un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello por lo que decidiría el hombre prudente. Es un medio entre dos vicios, uno por exceso y otro por defecto, y también por no alcanzar, en un caso, y sobrepasar, en otro, lo necesario en las pasiones y acciones, mientras que la virtud encuentra y elige el término medio. Por eso, de acuerdo con su entidad y con la definición que establece su esencia, la virtud es un término medio, pero, con respecto a lo mejor y al bien, es un extremo» (Aristóteles, Ética a Nicómaco).

En este texto, Aristóteles reflexiona sobre el problema de la ética.

2 | La virtud

«Pero, no alcanza con decir sólo que la virtud es un hábito, sino que hace falta decir cómo es ella. Ante todo hay que decir que la virtud perfecciona la buena disposición de la que procede y con arreglo a la cual produce su propia obra; así como por la eficacia de los ojos vemos bien, del mismo modo que la agilidad del caballo lo convierte en apto para correr, para sostener al jinete y resistir al guerrero. Si esto es así, entonces la virtud del hombre estará constituida por aquellos buenos hábitos humanos conforme a los cuales se hacen bien las obras que son apropiadas. Esto ya lo dijimos antes, pero lo aclararemos más al considerar su propia naturaleza. En todo lo discreto y lo divisible pueden distinguirse lo más, lo menos y lo igual; y esto como tal o en relación a nosotros, de tal modo que lo igual resulta el término medio entre el exceso y la insuficiencia.Y llamo término medio de algo a lo que dista por igual de cada uno de los extremos siendo uno el mismo para todos. Así, si diez es mucho y dos poco tomamos el seis como el término medio respecto a esos pocos, porque lo sobrepasa y es excedido en una cantidad igual, de modo tal que en eso consiste el término medio en la analogía aritmética. Pero, para nosotros, no puede entenderse así, porque si para uno es mucho comer diez y poco comer dos, el instructor no indicará seis porque esa cantidad bien puede resultar mucho o poco para quien la va a ingerir.» [Aristóteles, Ética a Nicómaco]

3 | La vida feliz

«La vida feliz, por otra parte, se considera que es la vida conforme virtud, y esta vida tiene lugar en el esfuerzo, no en la diversión. Y decimos que son mejores las cosas serias que las que provocan risa y son divertidas, y más seria la actividad de la parte mejor del hombre y del mejor hombre, y la actividad del mejor es siempre superior y hace a uno más feliz. Y cualquier hombre, el esclavo no menos que el mejor hombre, puede disfrutar de los placeres del cuerpo; pero nadie concedería felicidad al esclavo, a no ser que le atribuya también a él vida humana. Porque la felicidad no está en tales pasatiempos, sino en las actividades conforme a la virtud, como se ha dicho antes.
Si la felicidad es una actividad de acuerdo con la virtud, es razonable [que sea una actividad] de acuerdo con la virtud más excelsa, y ésta será una actividad de la parte mejor del hombre. Ya sea, pues, el intelecto ya otra cosa lo que, por naturaleza, parece mandar y dirigir y poseer el conocimiento de los objetos nobles y divinos, siendo esto mismo divino o la parte más divina que hay en nosotros, su actividad de acuerdo con la virtud propia será la felicidad perfecta. Y esta actividad es contemplativa, como ya hemos dicho.»

4 | La virtud como hábito

«La virtud es, por consiguiente, un hábito peculiar que consiste en un término medio relativo a nosotros, determinado por la razón y por aquello que se origina en la demarcación del prudente.
El término medio es aquello que se coloca a igual distancia de los dos extremos, uno marcado por el exceso y el otro por la insuficiencia; y también por sobrepasar o por no alcanzar el límite preciso de las pasiones y de las acciones, en tanto que la virtud siempre encuentra y elige libremente el término medio.
Por eso, en lo que respecta a su peculiaridad, y a la caracterización que hicimos de lo que es, la virtud resulta un término medio; pero en relación a lo mejor debe considerarse algo eminente.» (Aristóteles, Ética a Nicómaco)

Comentario

El texto gira en torno a la idea de virtud, cuyas definiciones ofrece Aristóteles en el marco de su teoría éticas, identificándola con el término medio entre dos extremos: uno por exceso, el otro por defecto. De esa idea principal se derivan otras tres:

(1) El término medio lo dictamina la razón (prudencia), que se encarga de moderar las pasiones y los actos del sujeto. Esto significa que la función racional propia del almas humanas, debe encargarse de controlar las funciones sensitivas que constituyen la parte inferior, animal, del hombre.

(2) El término medio es «relativo as nosotros»; es decir, no puede, aplicarse de forma puramente objetiva, sino atendiendo a las peculiares circunstancias y características del sujeto que actúa: lo que puede ser conveniente o ajustado para un individuo puede no serlo para otro que se encuentra en una situación distinta.

(3) Finalmente, Aristóteles adviertes que es erróneo identificar el término medio prescrito con la mediocridad. Las virtud es un término medio desde un punto de vista ontológico, pero, en cuanto al valor de la acción que representa constituye lo más perfecto; es, como dice Aristóteles, una perfección «eminente».

5 | El término medio

«Pero, no alcanza con decir sólo que la virtud es un hábito, sino que hace falta decir cómo es ella. Ante todo hay que decir que la virtud perfecciona la buena disposición de la que procede y con arreglo a la cual produce su propia obra; así como por la eficacia de los ojos vemos bien, del mismo modo que la agilidad del caballo lo convierte en apto para correr, para sostener al jinete y resistir al guerrero. Si esto es así, entonces la virtud del hombre estará constituida por aquellos buenos hábitos humanos conforme a los cuales se hacen bien las obras que son apropiadas. Esto ya lo dijimos antes, pero lo aclararemos más al considerar su propia naturaleza.
En todo lo discreto y lo divisible pueden distinguirse lo más, lo menos y lo igual; y esto como tal o en relación a nosotros, de tal modo que lo igual resulta el término medio entre el exceso y la insuficiencia.
Y llamo término medio de algo a lo que dista por igual de cada uno de los extremos siendo uno el mismo para todos. Así, si diez es mucho y dos poco tomamos el seis como el término medio respecto a esos pocos, porque lo sobrepasa y es excedido en una cantidad igual, de modo tal que en eso consiste el término medio en la analogía aritmética. Pero, para nosotros, no puede entenderse así, porque si para uno es mucho comer diez y poco comer dos, el instructor no indicará seis porque esa cantidad bien puede resultar mucho o poco para quien la va a ingerir.» (Ética a Nicómaco, 1106a-b )

Comentario

La ética de Aristóteles es una ética eudemonista, eso significa que la felicidad es el fin último de las acciones humanas. Para ser felices debemos actuar de acuerdo con la virtud, y en el presente texto Aristóteles nos explica algunas de las características de las acciones virtuosas. En primer lugar se nos dice que «la virtud es un hábito». Aristóteles consideraba que «una golondrina no hace verano», es decir, que las acciones virtuosas aisladas no nos conducen a la felicidad. Pero se da cuenta de que no es suficiente definirla como hábito. Puede haber hábitos no virtuosos y, entre los virtuosos, unos son mejores que otros. Aristóteles necesita encontrar el ‘mejor’ hábito, el que se corresponde con lo que nos es más propio, «la virtud del hombre». Aquí se nota que Aristóteles es un pensador naturalista, pues se fija en la naturaleza humana para determinar la virtud. Si la naturaleza de los cuerpos físicos hacía que estos cayesen hacia la tierra, la naturaleza del ser humano hace que la virtud sea lo que es más propio de su ser. Aunque no se menciona explícitamente en el texto, lo que es más propio de su ser es la razón. La razón nos vale para dos cosas: (1) Para conocer el mundo, es decir, para llevar una forma de vida contemplativa, que es la que nos da la felicidad (virtudes dianoéticas). (2) Para acertar en nuestra vida práctica (virtudes éticas). Esas virtudes de la vida práctica se logran cuando se sabe encontrar el término medio que en cada caso es adecuado. Por eso en el texto Aristóteles nos dice en el texto que el término medio es relativo, porque depende de cada persona y de cada situación. Esta capacidad de la razón para encontrar un término medio es lo que Aristóteles llama prudencia (phrónesis).


[En diapositivas]

«Por tanto, si las virtudes no son ni pasiones ni facultades sólo queda que sean hábitos. Con esto está dicho qué es la virtud genéricamente. Pero es menester decir no sólo que es un hábito, sino además de qué clase. Hay que decir, pues, que toda virtud perfecciona la condición de aquello de lo cual es virtud y hace que ejecute bien su operación: por ejemplo, la excelencia del ojo hace bueno al ojo y su función (pues vemos bien por la excelencia del ojo); así mismo la excelencia del caballo hace bueno al caballo y lo capacita para correr, para llevar al jinete y afrontar a los enemigos. Si esto es así en todos los casos, la virtud del hombre será también el hábito por el cual el hombre se hace bueno y por el cual ejecuta bien su función propia. Cómo es esto así en parte lo hemos dicho ya; pero se aclarará aún más si consideramos cuál es la naturaleza de la virtud. En todo lo continuo y divisible es posible tomar más o menos o una cantidad igual, y esto o desde el punto de vista de la cosa misma o relativamente a nosotros; y lo igual es un término medio entre el exceso y el defecto.» [Ét. Nic. Libro II, 6]

Exponer las ideas fundamentales del texto y las relaciones existentes entre ellas.

Como es bien sabido, la ética se ocupa de estudiar la justificación racional de las normas morales que rigen la conducta humana. Parte siempre de una determinada concepción del ser humano, es decir, de una antropología, referida a un contexto histórico y humano determinado. Las ideas más representativas de la ética aristotélica se hallan en la Ética a Nicómaco. Se trata de una ética «eudemonista», es decir, una ética de la felicidad. Pero es también una ética de la virtud, el medio por excelencia para alcanzar la felicidad, tema central de este fragmento.

A la hora de definir la virtud, Aristóteles procede a determinar el género de cosas al que pertenece la virtud. Se dice de la virtud que es una «afec­ción del alma»; es decir, que se incluye en esa clase de cosas que ocurren en el alma. Ahora bien, en el alma encontramos al menos las tres clases de afecciones siguientes: facultades, pasiones y hábitos.

  1. Sería inadecuado considerar la virtud como una facultad, puesto que a nadie se le llama bueno o malo (en sentido ético) por tener una fa­cultad o carecer de ella.
  2. Igualmente, sería erróneo considerarla una pasión, pues nadie es vir­tuoso ni vicioso por sentir tales o cuales pasiones (sino, en todo caso, por lo que hace como consecuencia de tales sentimientos).
  3. Por tanto, la virtud solo puede ser un hábito. A diferencia de los dioses, los hombres no pueden ser buenos «de una vez por todas» o «de una vez para siempre», sino que en ellos la bondad, como la maldad, tiene que darse «una vez tras otra» y, por tan­to, solo puede entrar en su carácter convirtiéndose en un hábito. En concreto, la virtud es para Aristóteles el hábito de elegir (en las pa­siones y facultades que inclinan a la acción) el «término medio» de acuerdo con la razón (es decir, con el logos): no es bueno quien se en­fada ni quien no se enfada, sino quien se enfada en la medida en que ha de hacerlo, con quien debe enfadarse y cuando procede, y así con res­pecto a todas las demás afecciones.

Política

«La ciudad es la comunidad, procedente de varias aldeas, perfecta, ya que posee la conclusión de la autosuficiencia total, y tiene su origen en la urgencia del vivir, pero subsiste para el vivir bien. Así que toda ciudad existe por naturaleza, del mismo modo que las comunidades originarias. Ella es la finalidad de aquellas, y la naturaleza es finalidad. Lo que cada ser es, después de cumplirse el desarrollo, eso decimos que es su naturaleza, así de un hombre, de un caballo o de una casa. Además, la causa final y la autoperfección es lo mejor. Y la autosuficiencia es la perfección, y óptima.

Por lo tanto, está claro que la ciudad es una de las cosas naturales, y que el hombre es, por naturaleza, un animal cívico. Y el enemigo de la sociedad ciudadana es, por naturaleza, y no por casualidad, o bien un ser inferior o más que un hombre. Como aquel al que recrimina Homero: “sin patria, sin ley, sin hogar”. […]

La razón de que el hombre sea un ser social es clara. Sólo el hombre, entre los animales, posee la palabra. La voz es una indicación del dolor y del placer; por eso la tienen los otros animales. En cambio, la palabra existe para manifestar lo conveniente y lo dañino, lo justo y lo injusto. Y esto es lo propio de los humanos frente a los demás animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, de lo justo y lo injusto, y las demás apreciaciones. La participación comunitaria en estas cosas funda la casa familiar y la ciudad». (Aristóteles, Política)

En este texto, Aristóteles trata de la complementariedad de lo moral y lo político.

Exponer las ideas fundamentales del texto y las relaciones existentes entre ellas.

En este texto de la Política encontramos las ideas directrices que guiarán el pensamiento social y político de Aristóteles.

Sus ideas fundamentales son:

•   Que el Estado (ciudad-estado) es la comunidad perfecta pues posee autosuficiencia total frente al resto de agrupaciones. Existe de forma natural, no artificial o convencional como defendían los sofistas. A él (el Estado) tienden o se subordinan el resto de las agrupaciones humanas (aldea, familias…).
•   Que el ser humano es un ser social por naturaleza, alejado de una comunidad no sería humano (bestia o dios), pues en ella realiza su esencia.
•   La razón de su sociabilidad la encontramos en que posee no sólo voz (para indicar dolor o placer) sino palabra, lenguaje simbólico, herramienta imprescindible de comunicación y socialización, pues permite expresar no sólo emociones, sino valores (lo conveniente y lo dañino, lo justo y lo injusto…).

Es, por tanto, en este último punto donde vemos la relación que entre ética y política tan habitual en el pensamiento griego y en Aristóteles en este caso, ética subordinada a la política pues es en la polis donde el humano encuentra su propia realización y por tanto, la felicidad.