Comentarios de texto

En esta sección se irán incluyendo los distintos modelos de comentarios de texto, entre los que estarán los textos que trabajemos en clase. La versión completa del texto de puede consultarse en este enlace.

Texto 1 | Moral y el conocimiento

Pero pudiera ser además algo peor, acaso un principio destructor antivital... «Voluntad de verdad» —esto pudiera ser una oculta voluntad de muerte—. De este modo la pregunta ¿para qué la ciencia? nos lleva de nuevo al problema moral: ¿para qué la moral en general, si la vida, la naturaleza y la historia son «amorales»? No cabe duda que quien es veraz en el sentido último y osado que presupone la fe en la ciencia, afirma al mismo tiempo un mundo distinto del de la vida, de la naturaleza y de la historia. Y por el hecho de afirmar ese «otro mundo» ¿no tiene que negar, precisamente por esto, su correlato, este mundo, nuestro mundo?

Texto 2

Lo sabemos, el mundo en que vivimos no es divino, ni moral, «ni humano»... nos lo hemos entendido por demasiado tiempo falsa y engañosamente, pero conforme a deseo y voluntad de nuestra veneración, esto es, conforme a una necesidad subjetiva. Pues el hombre es un animal que venera. Y al mismo tiempo es también un desconfiado, y el hecho de que el mundo no vale tanto como habíamos creído, es acaso lo más seguro de cuanto se ha apoderado al fin nuestra desconfianza. Cuanto haya de desconfianza, tanto de filosofía. Nos guardaremos muy bien de decir que vale menos.

Texto 3

Efectivamente, los filósofos, los “espíritus libres”, con la noticia de que el “viejo Dios ha muerto” nos sentimos corno alcanzados por los rayos de una nueva mañana; con esta noticia, nuestro corazón rebosa de agradecimiento, admiración, presentimiento, espera. Ahí está el horizonte despejado de nuevo, aunque no sea aún lo suficientemente claro; ahí están nuestros barcos dispuestos a zarpar, rumbo a todos los peligros; ahí está toda nueva audacia que le está permitida a quien busca el conocimiento; y ahí está el mar, nuestro mar, abierto de nuevo, como nunca.

Texto 4 | La voluntad de verdad y el engaño

¿Qué es esta voluntad absoluta de verdad? ¿Es la voluntad de no dejarse engañar? En este sentido podría interpretarse, efectivamente, la voluntad de verdad, con la condición de que la subordinemos a la generalización “no quiero engañar”, e incluso al caso particular “no quiero engañarme”. Pero ¿por qué no engañar?

Texto 4 | Ateismo 

«346. Nuestro interrogante. Pero, ¿es eso lo que no entienden? Realmente costará trabajo entendernos. Buscamos palabras y quizás buscamos también oídos. ¿Quiénes somos, entonces? Si quisiéramos simplemente denominarnos con términos antiguos como ateos, incrédulos o incluso inmorales, estaríamos lejos de creer que nos hemos definido, pues somos esas tres cosas a la vez en una etapa demasiado tardía; así se comprende, comprenden ustedes, señores curiosos, lo que sentimos en el alma siendo eso. ¡No es la amargura ni la pasión del hombre desenfrenado que hace de su falta de fe una creencia, un fin y un martirio! Hemos sido afilados, nos hemos vuelto fríos y duros a fuerza de reconocer que nada de lo que sucede aquí abajo ocurre de forma divina y que, según los criterios humanos, ni siquiera pasa de un modo razonable, misericordioso y equitativo. Sabemos que el mundo en el cual vivimos no es divino, inmoral, "inhumano"; lo hemos interpretado durante demasiado tiempo de manera falsa y mentirosa, pero según nuestros deseos y nuestra voluntad de veneración, es decir, según una necesidad.»


Texto 1 | Nihilismo

El mayor acontecimiento reciente --que "Dios ha muerto", que la creencia en el Dios cristiano ha caído en descrédito-- empieza desde ahora a extender su sombra sobre Europa.

Al menos, a unos pocos, dotados de una suspicacia bastante penetrante, de una mirada bastante sutil para este espectáculo, les parece efectivamente que acaba de ponerse un sol, que una antigua y arraigada confianza ha sido puesta en duda.

Texto 2 | Muerte de Dios 

«343. Lo que conlleva nuestra alegría. El mayor acontecimiento reciente --que "Dios ha muerto", que la creencia en el Dios cristiano ha caído en descrédito --empieza desde ahora a extender su sombra sobre Europa. (...) se puede decir que el acontecimiento en sí es demasiado considerable, demasiado lejano, demasiado apartado de la capacidad conceptual de la inmensa mayoría como para que se pueda pretender que ya ha llegado la noticia y, mucho menos aún, que se tome conciencia de lo que ha ocurrido realmente y de todo lo que en adelante se ha de derrumbar (...) Estas consecuencias inmediatas no son para nosotros --en contra tal vez de lo que cabía esperar-- de ninguna manera tristes, opacas ni sombrías; son más bien como una especie de luz, una felicidad, un alivio, un regocijo, una confortación, una aurora de un tipo nuevo difícil de describir... Efectivamente, los filósofos, los "espíritus libres", con la noticia de que el "viejo dios ha muerto" nos sentimos como alcanzados por los rayos de una nueva mañana; con esta noticia, nuestro corazón rebosa de agradecimiento, admiración, presentimiento, espera. Ahí está el horizonte despejado de nuevo, aunque no sea aún lo suficientemente claro; ahí están nuestros barcos dispuestos a zarpar, rumbo a todos los peligros; ahí está toda nueva audacia que le está permitida a quien busca el conocimiento; y ahí está el mar, nuestro mar, abierto de nuevo, como nunca.»

Este texto de Nietzsche pertenece a su obra La gaya ciencia, en la que presenta su filosofía como un nuevo saber que se inicia con la constatación de la muerte de Dios y con la posibilidad de otra humanidad centrada en el sí a la vida y en la creación de nuevos valores. La idea central del texto es la reflexión de Nietzsche sobre la muerte de Dios, sobre la dificultad para asumir esta noticia para la mayoría de personas y las consecuencias tan importantes que tendrá en el futuro, y, finalmente, sobre lo positivo de este hecho que abre la puerta a nuevas posibilidades.

En primer lugar, el texto habla de la muerte de Dios como de un hecho que ya ha ocurrido. La cultura occidental ha dejado de estar centrada en el Dios cristiano, en un proceso que termina dándose cuenta de la falsedad y el vacío de ese valor supremo. Es el nihilismo. Pero Nietzsche diferencia tres etapas en él. La primera es el nihilismo pasivo que experimenta la desorientación y el miedo ante la muerte de Dios. Nietzsche afirma en el texto que Europa no está todavía en esta fase, ya que ni siquiera está en situación de comprender la noticia de la muerte de Dios. Pero para Nietzsche y los espíritus libres es algo positivo (segundo tipo de nihilismo, activo). Finalmente la posibilidad de una humanidad que supere el nihilismo y cree nuevos valores está señalada en el texto en la referencia a un "horizonte despejado", a un "barco dispuesto a zarpar", al "mar abierto". Es a esta nueva humanidad a la que Nietzsche se refiere con el concepto de "superhombre", y que podrá decir sí a la vida.

Texto 3 | La moral como problema 

«345. La moral como problema. Por todas partes se percibe la falta de personalidad. Una personalidad debilitada, raquítica, apagada, que se niega a sí misma y reniega de sí misma, no sirve para ninguna tarea humana, y menos para la filosofía. El "desinterés" no tiene valor alguno ni en el cielo ni en la tierra. Todos los grandes problemas exigen un gran amor y sólo son capaces de él los espíritus poderosos, enteros, seguros y firmes en sus cimientos. Constituye una diferencia considerable que un pensador se dedique a sus problemas hasta el punto de ver en ellos su destino, su angustia y también su felicidad, o que, por el contrario, los aborde de una forma "impersonal", es decir, que sólo sepa abordarlos y captarlos con las antenas de un pensamiento frío y simplemente curioso. En este último caso, podemos estar seguros de que no conseguirá nada, pues los grandes problemas, aunque se dejen captar, no se dejan retener por las ranas y los impotentes; en esto consiste el buen gusto de los problemas...»

Este texto de Nietzsche pertenece a su obra "La gaya ciencia", en la que presenta su filosofía como un nuevo saber que se inicia con la constatación de la muerte de Dios y con la posibilidad de otra humanidad centrada en el sí a la vida y en la creación de nuevos valores. La idea central del texto es la reflexión de Nietzsche sobre en qué consiste una personalidad fuerte y pertenece al ámbito de su visión de la moral. En él se critica la vida descendente que produce la moral de esclavos. Se dice que esta moral está centrada en el desinterés y que obrar desinteresadamente no sirve para resolver grandes problemas, ya que estos requieren una gran pasión. Defiende la moral de señores, centrada en las pasiones que intensifican la vida y permiten el sí a la vida.

En el texto se inicia afirmando que la personalidad débil como el tipo de ser humano que más predomina. Después se pasa a tratar del caso de la Filosofía donde se aplica lo mismo, ya que los grandes problemas filosóficos requieren implicarse en ellos con todas las emociones y no sólo desde un punto de vista intelectual. La moral occidental le parece a Nietzsche la negación de la vida. Desde Platón se privilegia el dominio de la razón sobre emociones y deseos. Se puede entender la referencia del texto al "desinterés" como una alusión a Kant y a las acciones hechas por deber y no por egoísmo. Para Nietzsche la moral no puede consistir en la negación de las fuerzas que afirman la vida, sino en la creación de un equilibrio de energías en la que la razón tiene un papel secundario, subordinado. El egoísmo y la afirmación de sí es ahora el imperativo. Los espíritus "poderosos, seguros y firmes a los que se refiere Nietzsche son ejemplo de esta reordenación de las pasiones que afirman e intensifican la vida.

Texto 4

La muerte de dios es presentada en el texto como un suceso del que se da noticia, a medio camino entre el titular de periódico y la profecía histórica. «dios» es la cifra de todo fundamento, de todo valor, del orden cultural e histórico que ahora entra en crisis. dicha crisis tiene su origen en el hecho de que el dios cristiano no alimenta ya con su fe los principios morales y las actitudes de los seres humanos en sus vidas. desconfianza y agotamiento son las impresiones que tienen que experimentar aquellos que se dan cuenta de lo que realmente está pasando. el resto del párrafo está dedicado a meditar sobre las consecuencias que han de seguirse del «acontecimiento». l a filosofía debe descifrar enigmas. en cierto modo, Nietzsche rechaza la concepción tradicional de la verdad. No hay verdades unívocas, sino interpretaciones abiertas, perspectivas sobre las cosas. el «nosotros» sitúa al filósofo frente al acontecimiento, pero orientado a su superación: «Primogénitos del siglo futuro». La crisis es real y profunda: «l as sombras que han de envolver enseguida a europa». Pero Nietzsche la ve como la ocasión de un nuevo comienzo, iluminada por la aurora que permite ver un horizonte despejado.