Nietzsche | Temas PAU
El ser humano
- Vitalismo: afirmación radical de la vida en todas sus dimensiones. N. articula ese vitalismo en torno a una serie de aspectos críticos y unas propuestas de superación:
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(A) Crítica y nihilismo:
- Apolíneo vs. dionisiaco. Nietszche critica el predominio de lo apolíneo.
- Crítica de la moral / religión. Crítica: trascendencia = olvido de vida. Moral de débiles.
- Crítica de la ciencia /conocimiento. Voluntad de verdad.
- Nihilismo positivo y negativo.
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(B) Superación (transvaloración o inversión de los valores)
- Superhombre. asociado a la consecución de la voluntad de poder. Se puede hacer referencia a las tres transformaciones: camello, león, niño. El superhombre se identifica con el niño:
- Es creador de metáforas y nuevos valores.
- Contrario al gregarismo y la moral de esclavos
- Voluntad de poder. Asume la vida. Vida como obra de arte y juego. Eterno retorno (amor fati)
La concepción que tiene Nietzsche del ser humano viene marcada por el diagnóstico crítico que realiza de su época y de los siglos de tradición platónico-cristiana que la precedieron. Este diagnóstico se caracteriza por la identificación del nihilismo como el concepto que mejor describe su momento histórico. El nihilismo, por un lado, hace referencia a la disolución de valores tradicionales que se experimenta en el siglo XIX. Nietzsche ve esa situación como la consecuencia natural del carácter 'antivital' de esos valores y apuesta por una forma positiva de nihilismo: contribuir al derrumbamiento de valores y apostar por la creación de nuevos valores (que también recibe el nombre de 'transvaloración'). El conocido concepto de muerte de Dios hace referencia a la desaparición de los viejos valores, mientras que la figura del superhombre simboliza los nuevos. El ser humano es una especie de puente hacia el superhombre. Ahí es donde aparece la visión más afirmativa de su pensamiento. La nueva manera de valorar hace que el ser humano recupere el sentido de la tierra, lo dionisiaco, que se identifique y persiga todo lo que puede vivir (voluntad de poder), sin renunciar voluntariamente a nada. Con las ideas de aceptar el cambio y de vivir cada momento como si fuésemos a revivirlo (eterno retorno) Nietzsche nos sugiere, ante todo, que asumamos la plenitud de todo lo que se vive, sin renunciar a nada, asumiendo la labor de crearnos a nosotros mismos y nuestros propios valores de manera que, podamos considerar la vida como una obra de arte.
★ Ética y/o moral
- Nietzsche hace una crítica radical de la moral, en particular de la moral cristiana.
- Fundamenta dicha crítica a la moral en el método genealógico. Moral como producto del resentimiento.
- Negación de la vida. Renuncia a dimensión dionisíaca (frente a la apolínea).
- Distingue una moral del esclavo (o del rebaño), que es una moral basada en el sacrificio de los valores de afirmación de la vida, una moral antinatural que niega los instintos vitales. Frente a ella está la moral 'de los señores', basada en la autoafirmación de la propia vida.
- Es necesaria una transmutación o transvaloración de todos los valores.
- Realiza una propuesta de superación, basada en el vitalismo.
- Superhombre y voluntad de poder.
La crítica de la moral es uno de los pilares fundamentales de la filosofía de Nietzsche. Para realizar dicha crítica Nietzsche aplica método genealógico que consiste en el estudio de los factores que determinan el origen y evolución de los valores morales. Dicho método permite explicar las razones por las que la negación de la vida es el denominador común de los distintos tipos de moral dominante (y muy en especial la moral cristiana). Sería una moral surgida del resentimiento de los débiles frente a los fuertes, que al no poder disfrutar de poder ni de felicidad en esta vida crean una moral antinatural que tiene su centro de gravedad fuera del mundo, en el más allá. Tanto si se trata de ideas trascendentales sobre el bien moral o de la promesa de una vida eterna de felicidad, Nietzsche cree que las éticas de su tiempo son éticas negativas que minusvaloran la vida y propugnan el sacrificio de sus dimensiones más esenciales. Frente a ellas contrapone una moral positiva, que apuesta por la creación de nuevos valores.
Aprovechando la situación de nihilismo de su época, Nietzsche quiere acelerar esa destrucción de los antiguos valores (muerte de Dios) y proponer una nueva ética basada en el reencuentro con la vida y en la revalorización de lo sensible. Nietzsche opone una moral de los señores frente a la moral del rebaño o de esclavos, que sería el síntoma de decadencia de nuestra cultura. Esa moral de esclavos es pasiva y, como el esclavo no ve con buenos ojos las virtudes del poderoso, está impregnada de resentimiento y de un instinto de venganza contra la vida superior. Busca la igualación forzada de todos, censurando la excepción como algo contrario a la moral, y glorifica lo que hace soportable la vida a los débiles o pobres. Por otro lado, la que propone es caballeresca, propia de los espíritus elevados, una que ama a la vida, el poder, la grandeza, el placer. Es asimismo la moral propia del superhombre, una moral activa, creadora de valores, en la que lo bueno es lo que eleva al individuo, lo que le lleva a lo auténtico de su vida dando nobleza a la existencia. Propone una inversión de los valores, asumir con entusiasmo la propia voluntad de poder, esa energía vital que tiende al desarrollo de toda nuestra capacidad de vivir. No es una cultura del sacrificio, aunque asume positivamente todo lo que forma parte de la vida, incluso el dolor (amor fati). En su versión más depurada es la forma de vida que corresponde a esa persona que siente gozo al pensar que cada uno de los momentos que vive va a repetirse infinitas veces en el futuro (eterno retorno).
Realidad y/o conocimiento
- Crítica a a metafísica tradicional (surgida con Platón) porque:
- Considera la realidad como algo fijo e inmutable (predominio de las esencias frente al devenir).
- Distingue una realidad verdadera (las esencias) de otra falsa (las apariencias).
- Voluntad de verdad/saber. En relación con la crítica a la metafísica. En ambos casos, la crítica a la división de la realidad y a la concepción de la verdad como el conocimiento de esencias se trata de posturas contrarias a la vida. Se corresponden con el predominio de lo apolíneo sobre lo dionisíaco.
- El vitalismo de Nietzsche en este ámbito defiende la voluntad de poder frente a la voluntad de saber.
- Voluntad de poder. Afirma la realidad como devenir. Considera la realidad como el conjunto de perspectivas (no hay una verdad absoluta, verdad es lo que potencia la vida)
- Concepto vs. Metáfora. Los conceptos que la ciencia considera objetivos son en realidad metáforas.
Modelo de respuesta
Nietzsche tiene una visión de la realidad que choca con el esencialismo platónico, que es dualista y nos hace creer que las cosas tienen esencias más allá de lo que son y fuera del propio mundo. Nietzsche nos da una visión de la realidad que prescinde de cualquier dimensión trascendente. Entiende lo real desde sus aspectos vitales, como movimiento y transformación. Su visión es similar a la visión de Heráclito. La falsa creencia en una realidad estable nos lleva a creer también que podemos y debemos conocerla. Eso es lo que caracteriza la voluntad de verdad. Pero Nietszche no admite ninguna verdad en sí, absoluta, sino que la mide en función de su capacidad para servir a la vida. Contra el conceptualismo (que consideran que las palabras representan objetivamente realidad y nos permiten producir un conocimiento universal u objetivo) Nietzsche cree que los conceptos más generales (universales) no pueden representar adecuadamente la realidad.
Nietzsche quiere que consideremos que la razón no es nuestra única capacidad cognoscitiva. Por eso a veces se le considera un defensor del irracionalismo. La filosofía ha pasado a negar la vida en la esfera del conocimiento, el cristianismo lo ha hecho en la esfera de la moral. Por todo ello, Nietzsche considera que la verdad solo es una de las múltiples manifestaciones de la voluntad de poder. El conocimiento humano más genuino es siempre subjetivo, ha de partir de la peculiar perspectiva del individuo, que no puede ser la misma que la de otro. Es por eso que al final, el vitalismo de Nietzsche tiene mucho de perspectivismo. Nos dice que no hay hechos, sino interpretaciones. Eso influirá en Ortega y será uno de los pilares de la filosofía del siglo XX y del pensamiento posmoderno. Por eso el mundo y la existencia solo se justifican como fenómeno estético, pero el criterio estético fundamental no es el de la belleza sino el de la vida misma como fuente de cambio y creación incesante.
★ Dios
El problema de Dios es un tema central en la filosofía de Friedrich Nietzsche.
Nietzsche es conocido por su afirmación de que "Dios ha muerto", que se encuentra en su obra Así habló Zaratustra. No se refiere a una muerte literal de un ser divino, sino a la idea de Dios como una autoridad moral y metafísica que ha perdido su influencia en la sociedad moderna. Esta muerte metafórica es la catarsis necesaria para que el ser humano cambie de paradigma a uno más comprometido con los valores vitales que hemos perdido a lo largo de los siglos.
La idea de Dios como fuente de valores y significado en la vida humana era problemática. La religión, en particular el cristianismo, ejercía un poder opresivo sobre los individuos al promover valores como la sumisión, la resignación y la negación de la vida terrenal en favor de una supuesta vida después de la muerte. Esta moralidad, según Nietzsche, era contraria al florecimiento humano y al desarrollo de una verdadera individualidad.
Dios encarna también la voluntad de verdad del platonismo. Un mundo de esencias estables más allá de la religión natural. Para Nietzsche el mayor problema de la civilización occidental es no haber entendido que cualquier intento de dominar la realidad es vano, precisamente porque la realidad es la vida y la vida es constante cambio.
En lugar de aceptar las normas y valores religiosos tradicionales, Nietzsche abogaba por un "revaluación de todos los valores". Esto implicaba cuestionar las nociones convencionales de bien y mal, y buscar una moralidad basada en la afirmación de la vida, la voluntad de poder y la creatividad individual. En otras palabras, propuso que los seres humanos deben crear sus propios valores en lugar de adherirse a aquellos impuestos por una autoridad externa, como la religión.
En resumen, el problema de Dios en Nietzsche se refiere a la crítica de la moralidad religiosa tradicional y la búsqueda de una nueva forma de pensar sobre los valores y el significado en ausencia de una figura divina como fundamento.
Nietzsche afirma que con Sócrates y Platón comienza la decadencia de la sociedad occidental, ya que crea un hombre que teme a los instintos y a la vida. Pero además criticará la moral cristiana posterior, por la inversión de los valores morales a raíz de la aparición del judaísmo y cristianismo y que tuvo su origen en la filosofía platónica.
En la antigua Grecia lo bueno y virtuoso tenía un sentido aristocrático contrario a lo vulgar. La moral aristocrática defendía valores de fuerza, de poder, de superioridad. Nietzsche lo llama moral de señores: caballeresca, propia de hombres que aman la vida, la grandeza y el placer.
La inversión de valores que trajo el cristianismo fue el resultado del miedo a la vida y el deseo de venganza de los débiles. Supuso que lo que antes era bueno ahora pasó a ser malo. Así nació la moral de los esclavos: de los débiles, de la humildad, la resignación, de seres frustrados, cobardes y mezquinos.
Al imponer una moral de esclavos sobre los señores, debilitaron a toda la sociedad porque lo bueno para la moral cristiana es lo malo para la vida. El cristianismo impone su moral para defender a los débiles de los fuertes. Para cumplir con estos valores morales de rebaño, el hombre deja de seguir sus deseos e impulsos vitales.
Así, el ser humano para escapar del miedo a la vida había creado a Dios, un ente estático, superior a él, que dio significado y finalidad a todo lo que le rodeaba. Cuando descubre que todos los valores en los que creía eran una farsa, se encuentra en un estado de nihilismo pasivo, de pérdida, de renuncia y odio a la vida. Nada tiene sentido si no hay una finalidad.
Es el momento de anunciar la muerte de Dios (en consonancia con el aumento del laicismo y el ateísmo en las sociedades contemporáneas), reconocer la falsedad de los pilares morales de la cultura occidental. De este modo la muerte de Dios simboliza, no solo la pérdida de ese referente, sino de la confianza en los fines últimos, en todo aquello en lo que el ser humano había depositado su fe: naturaleza, ciencia, progreso, Dios.
Muerto Dios, el hombre se encuentra en un estado de nihilismo activo, la falta de valores le impulsa a adquirir otros nuevos. La superación del nihilismo se consigue con la voluntad de poder, con la voluntad de rechazar la moral de esclavos y disponer la llegada del superhombre.