Glosario
Banalidad del mal. Concepto acuñado por la filósofa Hannah Arendt al analizar el juicio de Adolf Eichmann, uno de los organizadores del Holocausto. Arendt sostiene que el mal no siempre es cometido por personas sádicas o monstruosas, sino por individuos comunes que obedecen órdenes sin reflexionar sobre sus actos. Este mal surge de la falta de pensamiento crítico y moral. Eichmann no actuaba por odio, sino por cumplir con su deber burocrático. La frase destaca cómo el mal puede integrarse en lo cotidiano. Es un mal que se banaliza al volverse rutina o norma.
Pantonomía. Mientras que cada ciencia particular se interesan por una parcela de la realidad; la filosofía se interesa por el todo, por el universo en general en tanto que la suma de "todo cuanto hay", por la totalidad de lo real, por todas las cosas, tanto las existentes como las meramente pensadas, imaginadas o deseadas. Aunque la ética, la estética, la teoría del conocimiento, la antropología, y otras disciplinas filosóficas o ramas de la filosofía acotan una parte de la realidad, en cada una de estas investigaciones 'particulares', el filósofo hace una valoración de la región del ser que le interesa (lo moral, lo bello, la verdad, el ser humano) y las estudia en relación con el conjunto de la realidad, con la totalidad.
Perspectiva. Término que tiene en el texto un doble uso: por un lado, el gnoseológico, que significa «punto de vista» sobre lo real, sector del mundo -sea sensible o intelectual- a que accede un sujeto. Por otro, el ontológico, según el cual lo real se organiza en perspectivas: «la perspectiva es uno de los componentes de la realidad», lo que significa que el yo es un componente de la perspectiva y el paisaje el otro, sin que tenga prioridad uno sobre otro.
Racionalidad comunicativa. Propuesta filosófica y sociológica desarrollada por Jürgen Habermas en su obra Teoría de la Acción Comunicativa (1981). Esta teoría se basa en la idea de que la comunicación es una forma fundamental de interacción social y que la racionalidad de la comunicación es el medio por el cual los individuos pueden lograr la comprensión mutua y la cooperación en la acción social. La racionalidad comunicativa se refiere a la capacidad de los individuos para comprenderse mutuamente a través de un proceso dialógico (de diálogo), basado en la discusión abierta, la argumentación y el intercambio de opiniones. La comunicación se considera racional cuando los participantes están dispuestos a cuestionar sus propias creencias y a considerar los argumentos de los demás sin prejuicios ni dogmatismo. La racionalidad comunicativa es un concepto clave para la teoría de la acción comunicativa de Habermas, ya que sostiene que la cooperación social y la acción coordinada se basan en la comprensión mutua y el entendimiento compartido. La racionalidad comunicativa es también una forma de crítica social, ya que permite a los individuos cuestionar y evaluar las normas y valores que rigen la acción social.
Racionalidad instrumental. La racionalidad instrumental, según la Escuela de Frankfurt, especialmente en las obras de Max Horkheimer y Theodor Adorno, es una forma de razón centrada en la eficiencia, el control y la utilidad, subordinando todos los fines al logro de objetivos prácticos. Esta racionalidad, típica de la modernidad y del pensamiento técnico-científico, reduce la razón a una herramienta para dominar la naturaleza y a otros seres humanos. Los frankfurtianos critican cómo esta lógica ha permeado la sociedad capitalista, despojando al pensamiento de su dimensión crítica y emancipadora. En lugar de cuestionar los fines, la racionalidad instrumental se limita a encontrar los mejores medios para alcanzarlos, incluso si esos fines son destructivos. Así, contribuye a formas de opresión y deshumanización, disfrazadas de progreso y racionalidad.
Situación ideal de habla. Es un concepto de la teoría de la acción comunicativa de Habermas. Es una situación hipotética en la que los participantes en una comunicación tienen acceso a toda la información relevante, no hay coacción o dominación en la interacción, y los participantes están dispuestos a cuestionar sus propias creencias y considerar los argumentos de los demás sin prejuicios. En una situación ideal de habla, se espera que los participantes estén motivados para alcanzar un consenso racional sobre la verdad y la validez de las afirmaciones en discusión. La comunicación se lleva a cabo en igualdad de condiciones, sin que una parte tenga más poder que la otra, y todos los participantes tienen la oportunidad de expresarse libremente y ser escuchados. La situación ideal de habla es un ideal normativo que sirve como modelo para evaluar la calidad de la comunicación en la vida real. Aunque es difícil de alcanzar completamente, se espera que los participantes en la comunicación se acerquen a ella tanto como sea posible para lograr una comunicación más justa, equitativa y democrática.
Verdad. En El tema de nuestro tiempo, Ortega maneja un concepto de verdad tradicional, como verdad-adecuación, en el sentido aristotélico es verdad lo que resulta transparente para el sujeto, aquello a lo que accede por intuición directa o por construcción racional.
Vida. Concepto central que articula toda la filosofía de Ortega, a través de sus distintas fases. Lo que llamamos realidad, «lo que hay», es la vida. En El tema de nuestro tiempo, vida es el fenómeno primario de la historia y de la cultura y es entendida como vida psicológica, aunque muy cerca y en continuidad con la vida biológica. La vida es la "realidad radical", la esencia última de todo lo que existe. La vida es el principio fundamental que anima todo lo que es, y se manifiesta en la capacidad de los seres vivos para adaptarse y transformarse en respuesta a su entorno. Ortega sostiene que la vida no es algo que se pueda reducir a una serie de procesos bioquímicos o físicos, sino que es una realidad más amplia y compleja que incluye la conciencia, la libertad y la creatividad. En sus Meditaciones del Quijote explora la idea de que la vida es una aventura que cada uno debe vivir de manera única y auténtica, y que esto implica asumir riesgos y enfrentar desafíos. Para él, la vida no tiene un sentido preestablecido o una finalidad determinada, sino que es un proceso continuo de exploración y descubrimiento.
Vida contemplativa. La vida contemplativa, en el pensamiento de Hannah Arendt, hace referencia a una forma de existencia centrada en la reflexión, la introspección y la búsqueda de la verdad, tradicionalmente valorada por la filosofía occidental desde Platón hasta la Edad Media. Arendt contrasta esta vida con la vida activa, que engloba el trabajo, la labor y la acción, y que ella considera fundamental para la libertad y la política. Aunque reconoce el valor del pensamiento contemplativo, Arendt critica su supremacía histórica sobre la acción, ya que, en su visión, el compromiso con el mundo y la pluralidad humana es esencial para una vida plenamente humana. Para ella, el pensamiento no debe aislarse del mundo, sino servir como base para el juicio moral y la responsabilidad. Así, la contemplación no es un fin en sí mismo, sino una guía para actuar éticamente.