Siglo XX | Comentarios de texto | Arendt
Esta es la selección de textos para el comentario en clase. La versión completa del texto de puede consultarse aquí**
1 | Arendt | La vida activa y la natalidad
«Estas tres actividades y sus correspondientes contradicciones están íntimamente relacionadas con la condición más general de la existencia humana: nacimiento y muerte, natalidad y mortalidad. La labor no sólo asegura la supervivencia individual, sino también la vida de la especie. El trabajo y su producto artificial hecho por el hombre, concede una medida de permanencia y durabilidad a la futilidad de la vida mortal y al efímero carácter del tiempo humano. La acción, hasta donde se compromete en establecer y preservar los cuerpos políticos, crea la condición para el recuerdo, esto es, para la historia. Labor y trabajo, así como la acción, están también enraizados en la natalidad, ya que tienen la misión de proporcionar y preservar —prever y contar con— el constante aflujo de nuevos llegados que nacen en el mundo como extraños. Sin embargo, de las tres, la acción mantiene la más estrecha relación con la condición humana de la natalidad; el nuevo comienzo inherente al nacimiento se deja sentir en el mundo sólo porque el recién llegado posee la capacidad de empezar algo nuevo, es decir, de actuar.»
En el análisis que Hannah Arendt realizó de la acción humana, este texto expone la relación que los tres tipos de acción guardan con los tipos de acción fundamentales. Asocia la vida activa y, en concreto, la acción, con una de las facetas más características del ser humano, la natalidad, entendida como la 'libertad de poder comenzar algo nuevo'. Arendt consideraba que la mortalidad y la natalidad son las condiciones generales de le existencia humana. Evitar la muerte (satisfacer necesidades orgánicas) es el objetivo de lo que entiende por labor, procurarnos cierta inmortalidad a través de las obras es lo que hace posible el trabajo, pero solo la acción nos pone en el camino de la natalidad, que no debe entenderse solo en sentido biológico, sino en el más general de 'libertad de comenzar algo nuevo', pues en cada nacimiento, con cada ser humano, comienza un nuevo curso de acción. Cada acción es algo nuevo en el mundo y solo mediante la acción puede decirse que es como un segundo nacimiento, pues 'nacemos' como seres únicos que nos diferenciamos de los demás.
2 | Arendt | Las huellas imborrables
La tarea y potencial grandeza de los mortales radica en su habilidad en producir cosas —trabajo, actos y palabras— que merezcan ser, y al menos en cierto grado lo sean, imperecederas con el fin de que, a través de dichas cosas, los mortales encuentren su lugar en un cosmos donde todo es inmortal a excepción de ellos mismos. Por su capacidad en realizar actos inmortales, por su habilidad en dejar huellas imborrables, los hombres, a pesar de su mortalidad individual, alcanzan su propia inmortalidad y demuestran ser de naturaleza «divina». La distinción entre hombre y animal se observa en la propia especie humana: sólo los mejores (aristoi), quienes constantemente se demuestran ser los mejores (aristeuein, verbo que carece de equivalente en ningún otro idioma) y «prefieren la fama inmortal a las cosas mortales», son verdaderamente humanos; los demás, satisfechos con los placeres que les proporciona la naturaleza, viven y mueren como animales. Ésta era la opinión de Heráclito, opinión cuyo equivalente difícilmente se encuentra en cualquier otro filósofo después de Sócrates.