Aristóteles | Material EvAU

Recordad que se trata de modelos de respuesta que se ofrecen como punto de partida para vuestro trabajo. Aunque son respuestas cuidadas no se trata de respuestas completamente correctas: debéis valorar aspectos como la precisión o el orden de los aspectos que aquí se tratan, así como comprobar que no hay ningún aspecto importante que falte.

Realidad y/o conocimiento

Frente al idealismo de Platón, Aristóteles es un pensador naturalista. No hay un mundo de las ideas en Aristóteles, todo es naturaleza (physis) y su objetivo fundamental será, por tanto, explicar el cambio y movimientos que constituyen la esencia de la propia naturaleza. Así, en primer lugar, encontramos que Aristóteles defendió la teoría del lugar natural. Cada elemento tiende al lugar que le es más propio. En el mundo supralunar los movimientos de los astros son circulares y perfectos, en el sublunar son rectilíneos y hay cambios violentos (movimientos producidos por otros cuerpos). Para entender mejor el movimiento y el cambio, Aristóteles elabora un sistema metafísico en el que distingue la sustancia (lo que algo es y no puede cambiar sin que deje de ser lo que es) y los accidentes (todo lo que puede cambiar sin que algo deje de ser lo que es). La sustancia primera es el individuo concreto, y la segunda se corresponde con el tipo de cosa que es algo. De modo similar distingue entre materia (la base física) y forma(que debemos entender como la estructura o modo de organizarse la materia). A partir de estos conceptos Aristóteles entiende el movimiento como el paso de la potencia al acto, donde potencia es lo que algo puede ser y acto es lo que de hecho es en un momento concreto. El movimiento o cambio siempre tiene una causa, siendo cuatro son los tipos de causas, que se suelen ilustrar con el ejemplo de una escultura: eficiente (quien la hace, el escultor), material (la materia, el mármol), formal (el boceto, esbozo o idea previa) y final (el objetivo, como por ejemplo decorar un templo). Como todo lo que se mueve es movido por otra cosa Aristóteles, pese a que es naturalista, nos propone la idea de Dios como un primer motor inmóvil, como el origen inmóvil de todo movimiento (ya tanto como causa eficiente o final). Por último, el cambio y movimiento de los seres vivos merece una atención especial. La forma de un ser vivo (su alma, que puede ser vegetativa, sensitiva y racional) es el principio o causa de su movimiento. En los seres vivos la forma es, a la vez, causa eficiente y final porque la esencia o naturaleza propia de algo es lo que determina su desarrollo y transformación.

Ser humano (1)

Aristóteles negará el dualismo de Platón. Del mismo modo que prescinde del mundo de las ideas, su teoría acerca del ser humano no contemplará la existencia de un alma separable del cuerpo. Si la unión entre alma y cuerpo en Platón era accidental (porque no era necesaria), para Aristóteles se trata de una unión sustancial. Cuerpo y alma forman una sola sustancia y no pueden existir por separado (de modo que el alma no es inmortal). Y como todas las sustancias están compuestas de materia y forma, el caso del ser humano no será diferente: el cuerpo se corresponde con la materia y el alma con la forma.

En línea con el enfoque naturalista de toda la filosofía aristotélica, el alma humana será considerada como el principio vital, lo que hace que el ser humano tenga vida y se mueva. Aristóteles distingue entre tres partes o funciones del alma: las funciones vegetativa y sensitiva las comparte con plantas y animales, mientras que la función racional es exclusiva del ser humano. Será la encargada de guiarnos en los asuntos prácticos y en el desarrollo del conocimiento. Al ser la parte más característica del ser humano su desarrollo es el que conduce a la felicidad que define el fin último de la vida humana.

Ser humano (2)

Introducción.

Aristóteles, discípulo de Platón, negará el dualismo de su maestro y presentará una antropología que tampoco necesite de recursos a un mundo distinto de este, el de los sentidos, ni a otra realidad que no sea esta, la única existente según Aristóteles.

Exposición.

Para Aristóteles lo único que realmente existe son los seres individuales y concretos, lo que denomina substancias primeras, el ser humano es una más y al igual que ellas está constituido por la materia y la forma, esta unión es substancial, es decir, no existe la una sin la otra, no puede darse materia sin forma, ni forma sin materia. Como en los seres vivos el cuerpo es la materia y el alma la forma, quedaran descartados algunos de los fundamentos del sistema platónico, a saber, la preexistencia y la inmortalidad del alma o su transmigración pasando de un cuerpo a otro. Para Aristóteles este alma que es principio vital es la responsable de las funciones que caracterizan a los seres vivos y por eso señalará la existencia de tres tipos de almas, la vegetativa, propia de las plantas y origen de las funciones básicas: nutrición, crecimiento y reproducción. La sensitiva propia de los animales y que a las funciones anteriores añade la de la sensibilidad y la locomoción y por último la específica de los humanos, el alma racional, que a las funciones de las anteriores añade el entendimiento y la voluntad. Parece que mantiene la visión tripartita de alma platónica, pero no es así, sólo tenemos un alma, una forma, una esencia aunque de ella provengan múltiples funciones. Como consecuencias de este planteamiento susbstancialista el alma ni es inmortal, ni preexiste ni puede concebirse como separada del cuerpo. No es lícito considerar al alma como algo separado o separable del cuerpo. El alma es al cuerpo lo que la función es al órgano: "si el ojo fuera un animal, la vista sería su alma" . El alma no es un ser subsistente por sí mismo ni tampoco una substancia. Lo que es sustancia es el hombre, que es un compuesto de alma y cuerpo. Para Aristóteles, pues, el alma es ,no sólo principio vital, sino, al igual que para Platón, principio de conocimiento. De hecho, Aristóteles definirá el hombre como animal racional, atendiendo precisamente al tipo de alma que le es propia; aunque en la Política lo defina, atendiendo también a las características de su naturaleza, como animal social o "político". En estos ámbitos deberá encontrar un sentido al existir humano y por ello ahondará en su ética en el fin último del hombre que desde su visión teleológica y eudemonista no es otro que la felicidad entendida como el perfeccionamiento de lo más excelente del ser humano, su racionalidad. Será en referencia al conocimiento donde se encuentre algún texto que parezca apuntar la pervivencia separada de una parte del alma, el entendimiento agente como responsable de la abstracción y del conocimiento universal, pero no queda claro si esto se refiere a algo individual o ligado a un entendimiento universal. Este último apartado es el que creará grandes discusiones en las corrientes aristotélicas que quieran ser compatibles con el pensamiento islámico y cristiano.

Fuente: José Antonio Castrejón Bermejo https://www.educa2.madrid.org/web/jcastrejon/aristoteles

Ética y/o moral

ÉTICA Y/O MORAL

Aristóteles enmarca  su teoría ética dentro del naturalismo que caracteriza toda su filosofía. Así, su ética será teleológica, porque le interesa determinar el fin natural al que tiende la vida humana. Éste será la felicidad, por eso su ética se llamará también eudemonista. ¿Pero cómo podemos saber qué conduce a la felicidad? Pues fijándonos en eso que caracteriza al ser humano como tal, en la función racional del alma. El ejercicio y desarrollo de dicha facultad es lo que caracteriza la vida virtuosa y feliz. Tenemos que tener en cuenta de que esa es la parte más excelsa del ser humano y subrayar que su ejercicio no debe ser puntual, sino que debe convertirse en un hábito, en una forma de vida («una golondrina no hace verano», escribirá Aristóteles). La felicidad sería la actividad del alma conforme a la virtud. Ahora bien, la razón puede usarse tanto en el día a día, como medio para guiarse en los asuntos cotidianos o en la búsqueda del conocimiento. En el primer caso tenemos las llamadas virtudes éticas y en el segundo las dianoéticas. Las virtudes éticas (o prácticas) se caracterizan por definirse como un término medio entre dos extremos. Las virtudes dianoéticas nos conducen a la felicidad de la vida contemplativa. Es la felicidad de quien comprende el mundo y, dentro del mismo, los asuntos más elevados. Dentro de las virtudes Aristóteles destaca la prudencia, que no es un término medio, pero que consiste en el hábito de encontrar un término medio en cada situación.